4 oct 2011

Pazo de Soutullo

Un lugar para perderse, desaparecer por unos días de la ciudad, apagar el móvil, desconectar el portátil y la televisión. Levantarse tranquilamente sin despertador, con el sol, sin ruidos de coches o autobuses. Bajar a desayunar tranquilamente esas tartas caseras preparadas con tanto cariño. Salir al patio con la fresca y café en mano a relajarse en los sillones mientras oyes el agua de la fuente y ves revolotear a los pajarillos. Oler las hortensias, salir al huerto y darse un paseillo, juguetear con un gato mimosón.

Para acercarse en 5 minutillos a Orense y hacer un poco de turismo, ver las termas e incluso bañarse en ellas. Acercarse a la Ribeira Sacra, ver el cañon del rio Sil y pegarse un baño en la piscina de vuelta al pazo. Salir a cenar al restaurante que te recomienden los dueños, porque será un acierto seguro. A la vuelta disfrutar del fresquito en el patio, y poder ponerse una rebequita en pleno agosto.

Un lugar en el que sentarse tranquilamente en un sofá al final de una galería acristalada con el sol pasando a través de los visillos, y al mismo tiempo disfrutar de los fantásticos cuadros que pinta la dueña Gill, una galesa entrañable.

En fin...estuve 3 días, y salí encantada. Siempre me ha gustado el norte, pero eso fue demasiado!! Lo recomiendo encarecidamente! jaja



 

  




Esquema de llegada a Casa Grande de Soutullo.

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